A veces las enfermedades de la piel también afectan a la autoestima: es el caso, por ejemplo, del acné y la psoriasis. Los pacientes sufren síntomas muy evidentes y "se sienten incómodos en su propia piel". Las enfermedades de la piel pueden incluso llevar al aislamiento social. Para evitar estas consecuencias extremas, existen varias vías de escape, desde la psicoterapia hasta las técnicas de relajación.
Pero, ¿pueden los problemas de naturaleza emocional manifestarse también en el exterior? A menudo se dice que los ojos son el espejo del alma, pero el concepto puede extenderse fácilmente a la piel.
Atención, sin embargo: atribuir la aparición de enfermedades dermatológicas al estrés y a los trastornos mentales sería muy reductor, sin mencionar que equivaldría a etiquetar a las personas que las padecen.
Sin embargo, algunas investigaciones muestran una cierta correlación entre la psique y la piel. La rama conocida como "psicodermatología" estudia, entre otras cosas, la influencia del estrés (a través de reacciones inmunes e inflamatorias) en el curso de ciertas enfermedades de la piel. Así, un estudio de la Universidad de Tréveris demostró que el asco causado por la mera vista de alimentos nauseabundos puede promover la aparición del herpes labial.